Friday, June 27, 2008

Tuesday, June 10, 2008

Mudanzas y ciudades

Mudarse es una de las actividades más desgastantes y aburridas del mundo, sólo superada por una actividad: encontrar un hogar para meter las cosas de la mudanza. Si usted no conoce a fondo la nueva ciudad se añaden los riesgos de terminar pagando rentas elevadas, vivir en zonas peligrosas, mal comunicadas, o tener vecinos detestables. A veces a uno puede terminar sucediéndole un poco de todo eso, o ninguna, pero después de una mudanza que duró tres fines de semana acarreando todas las chucherías que se acumulan en dos años de vida en trenes, camiones y metros, me quedó la recompensa de una ciudad que hace olvidar casi todo con su locura. Agustín Yáñez escribió que la ciudad de México amanece ojerosa y pintada, en Londres apenas se adivina el amanecer, porque no hay calma, más bien un cambio de idioma, de color, de vestimenta para proseguir el torbellino de su diversidad humana. Basta una semana de vida para entender la magnitud de este Babel que a pesar de sus diferencias se las arregla para crear, vestir con toda su extravagancia, traducirse, sortear la lluvia deprimente y salir corriendo a disfrutar un fin de semana soleado en el parque más próximo. No he podido escribir para pena mía pero más por falta de internet que de intenciones. De todos modos aquí una pequeña muestra de las tres primeras semanas de Londres y lo que uno encuentra: cine al aire libre, un túnel que de súbito se vuelve una expo de graffiti detrás de Waterloo Station y la maravilla de mirar el London Bridge desde la calma del Támesis una noche.