Friday, July 11, 2008

El orgullo de la diferencia




Cuando el azar de la biología o el coraje de la voluntad provocan que alguien ame a los de su mismo sexo, una decisión, íntima, personal y secreta, se convierte también de cierta forma, en una lucha por ser libre y no dejarse regir por las reglas de un mundo creado y delineado por los aparentemente normales. Desde hace mucho admiro la causa gay y siempre me hace recordar una línea de Octavio Paz: como dos espejos enamorados de su semejanza. Y claro, la condición homosexual puede ser una tragedia y hasta un crimen en demasiados países. En Londres es más bien una celebración, el pretexto para un carnaval del tamaño de todo el Soho. Ese carnaval fue precisamente el sábado pasado. Qué mejor si el verano decide hacer su aparición y hay suficiente sol para que hasta los más tímidos del ropero aparezcan y celebren, porque el desfile se llama PRIDE! que en español es orgullo.

Una de la tarde en Marble Arch, todos los quedaron de verse afuera del metro se apretujan y chocan con los turistas, los emos y las señoras que vienen arrastrando sus carriolas y todas sus compras desde Oxford Street. Como suele sucederme me doy cuenta que Iván espera un poco más a l este, en Picadilly Circus, así que que nos veremos más adelante, sobre Regent Street, donde la marcha doblará para encaminarse hacia Trafalgar Square. La policía y la autoridad de tránsito han llenado los postes cercanos con letreros sobre los cierres y la hora en que se abrirán nuevamente las calles. De pronto, ya estamos junto al desfile, conforme se pierde la música electrónica llega la vibra de la batucada y el claxon de los camiones que avanzan lentísimos con sus decoraciones y sus globos. Pero no hay espacio para ver, la gente ha abarrotado los espacios junto a las vallas que permiten el paso de la marcha. Así que emprendemos el camino hacia la fuente de Eros, por Regent street, donde con suerte encontramos un lugar. Hasta ese momento comprendo la magnitud de la tolerancia y la libertad que existe en Inglaterra respecto a la homosexualidad. Encabezando el desfile va Boris Johnson, alcalde de Londres, seguido por los contingentes gays/lesbianas de la policía, el ejército y la marina. Nadie se esconde, los soldados saludan a la gente, los servidores públicos llevan pancartas, asociaciones de homosexuales en el transporte, en los servicios de salud, entre los más aplaudidos y más numerosos están los maestros, los bomberos y demás servicios de emergencia. Detrás e la oficialidad sigue la fiesta, las ong's acompañadas de batucada, los que luchan por la tolerancia, los que promueven el sexo seguro. También desfilan las empresas, Natwest, Lloyds, Barclays, Ford, al frente de British Airways dos aeromozas lesbianas sonríen y arrancan todos los suspiros de su belleza en uniforme. Conforme el desfile continúa pasan frente a nuestros ojos las drag queens, con sus sueños femeninos y sus disfraces de rumberas apocalípticas, caracterizadas con el copete de Amy Winehouse, semidesnudas, bailando, mandando besos, dejándose admirar y posando para cada cámara que las apunta; detrás de ellas, los sádicos y los masoquistas muestran en la calle sus cadenas, sus máscaras de cuero, sus cabezas rapadas y exhiben un poco ese laberinto de perversiones al que están atados. De pronto el ritmo de la música es conocido, Shakira y el reaggetón con la comunidad latina no desfilan, bailan y hacen bailar a los ingleses de las vallas, porque la diversidad también implica a todas las nacionalidades. Cuando encontramos a Iván y Karol, ya ha pasado casi todo el carnaval, seguimos hacia Trafalgar pero la fiesta y sus protagonistas se mueven al corazón gay de Soho en Old Compton Street. Allí todos los pubs y clubs están listos para la fiesta y en las calles hay cientos bebiendo y escuchando la música de los escenarios improvisados. Finalmente es el día para ondear la bandera del reino con fondo rosa, que importaron los ultracristianos que confrontaron a los pecadores mientras hablaban de Cristo con sus altavoces que parecieron no existir ante el sonido que puede causar una fiesta sobre la tolerancia. Ya casi de noche, cuando la masa se pierde entre los bares queda el rumor de los que han conocido a alguien, dos borrachas, guapas, se acercan y me piden que les tome una foto. ¿Donde va a aparecer? Me preguntan. –En México respondo. Mientras se alejan tomadas de la mano escucho que una le dice a la otra ¿Será legal ser gay allí? Solo puedo sonreír mientras me alejo también.












4 comments:

Azúcar y Canela said...

Y dime...Iván no quiso sorprenderte con sus habilidades para detectar cuando una lady es real o disfrazada?...jajaja aun recuerdo cuando quiso sorprenderme a mi y termino con la bub y la dentadura de un gentleman en la mano....

Berenais said...

Padrísimo post!!
Tus fotos están increíbles
Un beso

Berenais said...

Padrísimo post!!
Tus fotos están increíbles
Un beso

Anonymous said...

Eres joto??