Monday, December 31, 2007
Último día del año...
¿Dónde estaremos cada uno de nosotros en unos 365 días?
¿Qué cosas buenas habrá para recordar?
¿Estaremos los mismos, seremos más, faltará alguien?
Y no sé por qué tengo en la cabeza....
¿Se va a morir Fidel Castro?
En fin, la lista se extiende hasta el límite de las tonterías de nochevieja... Finalmente lo mejor que puedo hacer es olvidar esta gripa que no me deja en paz, salir a brindar y decir salud cuando suene la cuenta regresiva para que inicie ese otro conteo, el que inevitablemente nos llevará a ese futuro esperado...
Paz y buena vibra
Saturday, December 29, 2007
Post 103 y Alemania
Mientras tanto aquí unas fotos de Munich y Berlín..
Thursday, December 20, 2007
Un encuentro
"Estoy aqui, contigo, y no puedo creerlo", me dijo, y yo tampoco lo creía, porque esa precisa noche los pasillos de la Cooperative de Stirchley tenían algo de irreal. Mientras buscábamos una baguette y unas cervezas para la cena, sentía como si el supermercado estuviera vacío, y sólo camináramos por sus pasilos ella y yo, platicando otra vez como si no hubieran pasado mas de 400 días desde la última vez que la vi, en un aeropuerto. Ahora entiendo que en efecto, estabamos solos, porque a esa hora de la noche no importaba nada más que hablar y ver, porque ella estaba aquí, en esta realidad tan distante de lo que conocí a su lado. Había imaginado muchas veces como sería cuando nos volviéramos a ver, sobre todo desde que supe que ella vendría. Hay encuentros que se dan muchas veces en la imaginación antes que en la vida real, sin embargo esta vez fue mejor que cualquier supuesto: mas nítido, e intenso, aún cuando apenas teniamos dos horas de vernos. Supongo que para ella también todo era distinto a como lo habia pensado. Y así seguimos, deambulando entre anaqueles de latas, pizzas congeadas, chocolates y cervezas, saboreando un momento que perdurará para siempre en nuestra memoria. Porque esa visita al supermercado estaba escribiéndose en nuestra historia. Salimos a la noche nuevamente, afuera estaba Birmingham y su invierno, tomé a mi mamá del brazo y cruzamos la calle platicando con a certeza de que el tiempo, la distancia y las dificultades a veces son tan cortas o tan largas como la simple fila de un supermercado.
Tuesday, December 04, 2007
Adiós, América!
Primero es azul, después se torna amarillo claro y luego cambia a un gris tormentoso. En una hora el cielo tiene todos los tonos de las estaciones. Con el viento es igual, de una tranquila brisa que recuerda al verano, de pronto todo vuela y el frío cala hasta los huesos, cuando el gris acecha, el viento silba y la lluvia nos golpea la cara. Y ante semejantes cambios, el paisaje de Bristol se transforma, de ser una veraniega ciudad europea con terrazas y ventanas victorianas, en minutos se convierte en una nostálgica red de callejones lluviosos, donde el mejor lugar para buscar refugio es un pub. Así se puede escapar del clima miserable (palabra usada comúnmente por los ingleses para describir el estado del tiempo en su país) y el ambiente cambia por el delicioso aroma de la sidra caliente y de la siempre reconfortante sensación de una pinta de cerveza. Y que mejor, si a esta rápida visita al sur de Inglaterra se le suman dos buenos amigos, Steven y Renee, de Oregon, que en dos semanas regresarán a quejarse del injusto sistema social norteamericano. En fin, la plática, la cerveza y la compañía son amenizadas por una banda de jazz, después por el tradicional Sunday roast (asado del domingo) y finalmente por una despedida más. Aún cuando uno se acostumbra a despedir amigos a los que no se sabe cuando volverá a ver, decir adiós a un buen amigo es difícil. Ahora es la noche, hemos recorrido un poco de la ciudad, probado suficiente cerveza y hablado apenas lo suficiente para que cuando llega el taxi que nos llevará a la estación de autobús, nos demos un buen abrazo y deseemos buena suerte. Así en segundos el gringo queda atrás, con su ciudad que alberga todas las estaciones en un día, con su próxima boda en febrero, con su amor a México y con la promesa de volvernos a encontrar, en algún lugar de ese futuro que apenas comienza a existir.
Saturday, November 24, 2007
Invierno...
Creo que el invierno no es aún oficial, pero desde hace unas semanas aquí la vida ha cambiado, el frío es ahora el principal tema de conversación en las mañanas y la para salir a la calle hay que prepararse no sólo con bufanda, suéter y abrigo, sino también con el suficiente coraje para abandonar el calor de las casas... Ahora los días duran menos, a las 4 de la tarde está oscuro y una lluvia melancólica y helada suele caer en cualquier momento. A unos el frío los deprime, yo prefiero pensar como mi amigo Horia que afirmaba que no hay nada mejor que una bocanada de aire gélido para sentir como la vida te llena los pulmones. A veces, después de muchos días grises, la mañana nos sorprende con un cielo completamente azul, sin un rastro de nubes. Esos días quizá son treguas para recordar, que finalmente detrás de todos los nubarrones, siempre habrá un diáfano azul.
Monday, November 19, 2007
Office cultural shocks
Es cierto que desde nuestra cálida sociedad latinoamericana solemos juzgar a los europeos como personas “frías” debido en su mayor parte al carácter individualista de sus sociedades, en comparación con nuestras comunitarias raíces, sin embargo desde que llegué aquí había tenido la idea que nuestros prejuicios eran hasta cierto punto exagerados. La mayoría de mis amigos ingleses ciertamente restringen sus expresiones afectivas, pero aún así logré descubrir en ellos las mismas pasiones humanas que nos mueven al otro lado del mar: el amor, la amistad, los lazos familiares, el ánimo de fiesta…
Monday, November 12, 2007
Tuesday, October 30, 2007
Día de muertos
La fiesta de la muerte había marcado días memorables en mi vida, tal vez por eso cuando aquel día también significó un final inesperado, me sorprendí reclamándole al destino por lo injusto de mi suerte. Pero era al fin y al cabo la muerte, como la pintamos, alegre y traicionera, riéndose de la vida, terminando con plazos y esperanzas, descomponiendo planes y dejando futuros desahuciados. Porque las promesas, como los vivos, también mueren, y para los que nos quedamos sin ellas no queda sino dedicar una sonrisa al recuerdo de los buenos días y dejar que la luz de una veladora ilumine la memoria de lo que no será más.
Cuando lo que sobra es tiempo...
El desempleo ha representado hasta el momento la oportunidad de entregarme al relajado ensueño del que no se dedica a actividad productiva alguna; de tal manera que, aunado al frío que es apenas un aviso de llegada del invierno, me encuentro durmiendo diez sanas horas al día y esperando. Porque la clave para que el desempleado que sí quiere trabajar no enloquezca radica en la paciencia, en enviar curriculums, cover letters, fotografías, formas, cartas de motivación y formularios sin desesperarse. Por supuesto la paciencia no es cosa fácil, especialmente en los días helados en que la luz del sol apenas se filtra por los densos nubarrones que atraviesan esta isla. Afortunadamente a fuerza de mirar pasar los días desde mi ventana mientras busco empleo he tenido la fortuna de atestiguar momentos de plena belleza, como cuando un hueco de sol hunde su luz entre las pesadas nubes y por arte de viento en cuestión de quince minutos el paisaje cambia del habitual gris inglés a un cielo de azul esplendoroso y nítido. Tal descarga de sol alcanza para iluminar el amarillo del verano y hasta para dibujar atisbos de sonrisas entre los pálidos habitantes de Birmingham.
Monday, October 22, 2007
Regreso al capitalismo
Que las becas como llegan terminan, lo sabía. Que la vida de estudiante no dura para siempre, lo supe desde el primer día de clases. Lo que no imaginaba era cómo sería mi retorno al mundo capitalista. Siempre me ha quedado claro que nuestro sistema económico se basa en la explotación del hombre por el hombre, en la acumulación de la riqueza, en la opresión a los que menos tienen. Sin embargo no sospechaba que terminaría formando parte del último eslabón en la larga cadena del comercio. Estábamos allí, Juan y yo, cada quién con una enorme charola en la descomunal cocina del ICC (International Convention Centre) de Birmingham, junto con otros sesenta meseros listos para proveer alimentos a más de mil personas que atendían una fiesta corporativa. Cuando tomé el empleo juré que la palabra mesero se limitaba al uso de una charola mínima y que el mayor esfuerzo implicaría a llevar un plato de pollo asado o unas copas de vino a una mesa: fatal error. Mientras esperábamos en la tremenda fila con la charola atiborrada de platos comencé a entender las dimensiones de lo que vendría: siete horas de pie llevando y trayendo alteros de botellas, torres de platos, cubiertos y montones de copas, esquivando a las hordas de borrachos que amenazan con el desastre a cada paso. Por supuesto que era apenas el principio. La cocina rugía con el calor y los gritos de quince chefs abriendo y cerrando puertas de hornos, decorando platillos, sirviendo sopas y gritándose unos a los otros. Al otro lado de la barra un ejército de meseros aguardábamos una señal para salir en tropel y regarnos entre las noventa y tantas mesas del foro. La homogeneidad del regimiento meseril fue lo que más me sorprendió, un setenta por ciento era gente de color, todos jóvenes, todos excluidos del sistema educativo, muchos de ellos dedicados exclusivamente a esta actividad, el resto éramos estudiantes o ex-estudiantes de la universidad, migrantes polacos y uno o dos ingleses que estaban ahí por necesidad. En la fila se podía escuchar el inglés con acentos de Jamaica, Sudáfrica y otras ex-colonias inglesas, también se escuchaba el polaco y cuando pasé frente a los lavaplatos un peruano inmigrante ilegal me saludó; a lo largo de la noche encuentro gente de Etiopía, China, Lituania y Tunisia. El tercer mundo en pleno, sirviendo a la próspera sociedad inglesa. Siete horas después y tras haber hecho decenas de viajes con las charolas llenas de todo lo que se puede encontrar en una centena de mesas, salimos a la noche helada, literalmente molidos con sólo ganas de dormir y descansar hasta el siguiente día en que probablemente nos esperaría una soba igual.
Saturday, October 13, 2007
El mundo en fotos...
Aquí algunas fotos completas
Tuesday, October 09, 2007
¿Cómo se llega al futuro?
La pregunta ahora era: ¿Dónde diablos está el futuro?
Afortunadamente no he llegado a la edad o al estado mental en que la falta de una respuesta semejante provoque pánico personal. Realmente no importa; el futuro está allí, esperando y la falta de certeza respecto al momento y las circunstancias de su llegada sólo le dan más emoción a estos días en los que debo dedicarme a buscarlo o más bien a crearlo. Finalmente prefiero no saber qué diablos estaré haciendo o desde dónde escribiré el próximo 2 de octubre.
Saturday, October 06, 2007
Más de la revolución del azafrán
http://niknayman.blogspot.com/
http://soneseayar.blogspot.com/
http://www.ko-htike.blogspot.com/
http://seinkhalote.blogspot.com/
Saturday, September 29, 2007
La revolución de las túnicas
Desde hace un buen tiempo creo que los métodos tradicionales para hacer una revuelta social se han vuelto imprácticos. Dados los tremendos mecanismos de manipulación y control con el que nuestro sistema social apacigua a las mentes que no tienden a cuestionarse demasiado, es necesario crear nuevas vías para transmitir el mensaje de una injusticia o una necesidad urgente. Y el término creatividad no tiene nada que ver con la supuesta resistencia creativa que en México se aferra a los nostágicos fancines que no lee nadie, a los campamentos callejeros, a las manifestaciones y todas las prácticas de los nostálgicos de los sesentas. En fin, escribo esto porque el conflicto en Myanmar (Birmania o Burma) se ha convertido el centro de interés y porque en Tailandia conocí a mucha gente de ese país que escapó de la tiranía de uno de los regímenes más represivos del mundo. En Myanmar sólo el 2% de la población tiene acceso a internet, por ejemplo y el uso de teléfonos celulares está restringido por el ministerio de comunicaciones. Acceder ilegalmente a medios de información puede llevar a una condena de 20 años de cárcel. Como en cualquier dictadura, el régimen militar de Burma tiene terror a que el mundo se entere de los horrores que allí suceden. Desafortunadamente para los generales, los huecos de información han permitido saber lo que pasa en Rangún, la capital en los últimos días.
Desde hace dos semanas, monjes budistas de diversos monasterios salieron a las calles a protestar contra el aumento de 500% al precio de la gasolina. En respuesta, el régimen "socialista" birmano reprimió y golpeó a los agitadores armados con túnicas y sandalias. Los monjes salieron de nuevo a las calles y diariamente se fueron uniendo ciudadanos comunes y corrientes que están hartos de la miseria que contrasta la opulenta vida de los líderes militares. En abierto desafío al régimen durante cinco días se concentraron manifestantes en Rangún y en las principales ciudades de Burma. Los monjes caminaron en silencio frente a la casa de Aung San Suu Kyi, premio nóbel de la paz y arrestada en su domicilio desde hace 10 años por el régimen. El jueves la junta militar reaccionó y oficialmente han muerto 9 personas, el ejérito ha rodeado los monasterios, impuesto el toque de queda y prohibido reuniones de más de cinco personas. Por supuesto que el número de muertos es mayor. Por ahora no hay información clara sobre qué sucede, si las manifestaciones continúan o si el terror ha funcionado. Mientras tanto, los blogs, emails y videos de la red de youtube se convirtieron en la principal fuente de información sobre las protestas. Muchos reporteros fueron expulsados así que el periodismo ciudadano se encargó de difundir la represión. En cuestión de días redes de correo, videos y hasta facebook sirvieron para comunicar la revolución que encabezaban las túnicas y las sandalias. Aquí unos videos.
Video tomado con un celular en una de las principales calles de Rangún.
En contraste, otro video subido a la red denuncia la opulencia de los militares que gobiernan a uno de los países más pobres del mundo. Esta es la boda de la hija de Than Shwe, uno de los tres generales que encabezan la junta militar.
Monday, September 24, 2007
Cuatro fotos, un recuerdo
Siempre me ha intrigado el futuro y sus implicaciones. Desde niño solía hacer pronósticos a largo plazo en las fechas importantes. Hace un año vine al Reino Unido y lo primero que me vino a la mente al llegar al número 77 de Lottie Road para instalarme fue la pregunta ¿cómo será este año? Una puerta que no conocía de mí se volvió la silenciosa compañera durante este tiempo que sin duda me ha dado las experiencias más intensas de la vida. Hubo días buenos y otros no tanto; afortunadamente puedo decir que sobraron los primeros. Este fue mi hogar durante un año. Me iba a poner de nostálgico, pero ahora entiendo que lo único que extrañaré con ahínco será el enorme roble que ya no se deshojará en este otoño frente a mi ventana…
Monday, September 17, 2007
Nuestro doloroso tercer mundo
El viernes 14 de septiembre, en otro continente y otra ciudad –México, mi mamá regresaba del banco con el dinero de la nómina de nuestro negocio familiar. Cuando iba a bajarse del carro dos hombres abrieron las puertas del coche, sometieron en el suelo a su acompañante y le apuntaron en la cabeza a mi mamá. “Dame la bolsa o te vas” le advirtió el asaltante. Absurda y valientemente ella se negó a entregar el trabajo de todas las personas que trabajan con ella, el hombre la aventó contra el carro, le arrebató la bolsa y salió corriendo. Mientras todo esto pasaba uno de los trabajadores se dio cuenta del robo y alertó a los demás, pronto los ladrones eran perseguidos por varios obreros y comenzaron a disparar. A uno de ellos le dieron tres veces, en el estómago y los brazos. En el paroxismo del absurdo y la buena fortuna las balas fueron de salva por lo que no hay una vida que lamentar.
Ninguna de las dos tragedias tiene punto de comparación; las dos, desde la perspectiva de sus realidades denotan el amargo mundo al que tristemente estamos acostumbrados. En México nadie fue a dar al hospital, pero una empresa que se mantiene en pie contra viento y marea ahora debe afrontar esto. ¿Cuántos empleos se perderán por la violencia? ¿Cuanta gente seguirá llegando a su casa sin sueldo por la inseguridad? Las dos tragedias se pudieron prevenir, las dos no existirían si la sociedad y sus responsables tuvieran una organización eficiente. Sin embargo, la terrible coincidencia entre las dos realidades es la indiferencia y la estupidez de los que controlan el poder, en el remoto Freetown los reconciliadores de la guerra civil que ahora saquean a su gobierno; en México los partidos, sus políticos imbéciles y su incapacidad para entender las prioridades del país. Por supuesto que me duele y me quejo, porque en el lugar en que ahora vivo, eso no pasa, o las estructuras mismas de la sociedad lo evitan en la medida de lo posible. Finalmente desde aquí sólo me queda la indignación y la solidaridad con lo que en este momento ya están superando una más de nuestras comunes adversidades.
Tuesday, September 04, 2007
Breve historia de una dissertation
InSIGHT OUT! es un proyecto de desarrollo alternativo que da talleres de fotografía a niños de comunidades afectadas por la pobreza en la provincia de Phang-Nga, Tailandia. En esta zona además del tsunami se padece la tradicional desigualdad económica de tercer mundo, un incipiente conflicto étnico entre musulmanes y budistas, y la incontenible migración de burmeses que escapan del régimen represor de su país. Nada más. A través de la fotografía los niños pueden expresar la ansiedad generada en una zona que navega entre la tensión social y la represión. Las fotos no sólo sirven para divertir, sino para aprender a mirar el mundo de otra forma, analizar los problemas de las comunidades, entender dónde están las historias. En los talleres conviven niños de todos los orígenes, allí nadie es juzgado por su religión o su pasaporte, los lazos de amistad más genuinos y las bases de la tolerancia para el futuro surgen de la convivencia entre pequeños fotógrafos. La calidad de los talleres ha sido extraordinaria, las fotos han llegado a medios locales y mundiales incluyendo BBC y CNN. Win Maw, una niña de 11 años, burmesa, logró el primer lugar en el concurso de fotografía de National Geographic Asia. El sólo hecho de ver sus fotos impresas y colgadas a la vista de la comunidad incrementa la confianza en un potencial que se muestra a través de imágenes. Se puede seguir escribiendo, yo llevo 7,000 palabras y seguiré, pero nada describe mejor lo que allí sucede que las imágenes de los propios niños, que demuestran (aludiendo a una bella cita de Paulo Freire) que ni la pobreza, ni los conflictos, ni la exclusión son suficientes para terminar con la esperanza en un mundo en el que sea más fácil amar .
Todos las fotos fueron tomadas por niños entre los 9 y los 13 años.
Monday, August 27, 2007
Días decisivos...
¿Por qué será que llegan esas semanas decisivas en la vida? A partir del próximo viernes se definirá el nuevo destino donde habitar. Las opciones por el momento son Bangkok e Inglaterra, pero podría ser México nuevamente. Además en pocos días debo mudarme a una nueva casa, terminar la tesis y encontrar empleo... Definitivamente la vida de estudiante sólo puede llenarnos de vibras positivas, en otras circunstancias estaría quizá tremendamente agobiado, sintiendo no lo duro sino lo tupido. Frente a la tempestad: calma. El relajamiento de estos días ha creado mi la más sincera empatía con las amas de casa mundiales, a las que admiro como nunca en mi historia. Ahora que Daniela trabaja y paso largos periodos de soledad en la tranquilidad del hogar tratando de desentrañar mis ideas sobre el desarrollo, entiendo que no hay como el desesperado silencio de una casa por la mañana para desequilibrar a la más firme salud mental. Ante semejante quietud y entre mis recurrentes crisis de inspiración he desarrollado rápidamente manías de ama-de-casa como acomodar compulsivamente los trastes que se secan en el fregadero, revisar la limpieza de la cocina o (nunca lo imaginé) acomodar la ropa en sus respectivos cajones. Claro, buena parte de mis nuevas manías surgen en periodos en que escapo literalmente de la computadora y me encuentro sin nada qué hacer. Si semejantes extravagancias surgieron en un mes, me solidarizo con las amas de casa que pasan horas interminables en la estoica espera del silencio, ahora más que nunca entiendo la obsesión por el orden y la limpieza y la cruzada contra la ropa sucia o sin planchar. Afortunadamente para mí este ligero desorden mental se curará rápidamente en cuanto tenga un empleo y pueda evitar cualquier actividad doméstica bajo la excusa del cansancio. Los días decisivos están por llegar y pronto, estaré escribiendo si los próximos boletos son de aviones asiáticos o de un simple autobús a otro barrio de esta ciudad.
Tuesday, August 21, 2007
Home tasty home
Monday, August 13, 2007
Dejando Bangkok
Ante la magnitud de la demanda, Bangkok ofrece tres grandes zonas de tolerancia. La más antigua y famosa es Soi (calle) Cowboy, que se inició como un centro de diversión para los soldados norteamericanos que peleaban en la guerra de Vietnam. Soi Cowboy no es más que un corredor de bares y clubes de desnudismo, sin embargo sólo he caminado por ahí de día, así que desconozco las dimensiones de su población nocturna. Silom Soi es la segunda estación de los turistas sexuales, extrañamente en esta calle se da una extraña combinación del comercio informal, la piratería y la prostitución. El mercado nocturno de Silom ocupa el centro de la calle, en él se puede encontrar relojes, ropa y todos los objetos de consumo que encontramos en cualquier tianguis mexicano. Las banquetas están libres, en los costados la música, las luces y la oscuridad de los locales delata otro ambiente, en la puerta de bares y restaurantes adolescentes en bikini tratan de llevar al interior a cualquier turista solitario. Basta detenerse en algún puesto que mire a la banqueta para observar el interior de estos lugares, sus pasarelas con más de cuarenta mujeres en los más absurdos vestuarios, bikinis, mini-uniformes de colegiala, vestiditos de enfermera y todo el repertorio de la imaginación sexual. Sin embargo no es aconsejable entrar, los bajos precios del alcohol son recuperados con la tarifa de “Salida” que puede oscilar entre los 20 y los 30 dólares. Sin embargo es Nana Plaza la zona que me deja impresionado. Ubicada en el barrio de Sukhumvit, este lugar de tolerancia alberga a unas 3,000 prostitutas de acuerdo a un amigo periodista. La plaza consiste en un edificio de cinco pisos con forma de herradura. En la planta baja hay bares llenos de chicas que acuden a platicar con todo aquel que pida una cerveza, su comunicación consiste en un inglés básico y el insinuante lenguaje de sus manos que abrazan, acarician y atraen a los clientes con del delicado tacto oriental. Si el visitante quiere algo más que plática, debe pagar la salida de la chica, unos 20 dólares y negociar, por una cantidad similar, el precio del amor. Pero Nana Plaza va mucho más allá, en los locales de los pisos superiores hay shows de travestismo, nudismo, globos, burbujas y todo tipo de desviaciones hasta llegar al quinto piso donde sin simulación se promocionan espectáculos de zoofilia: mujeres teniendo sexo con monos o perros.
Durante varias noches a la hora de la cena me toca compartir mesa con los veteranos del amor que se compra. Un noruego repite una frase que leí en Lonely Planet, “no vine a Bangkok por los templos”, después me cuenta que en una semana ha estado con ocho chicas y que viene de Filipinas, donde el sexo es más barato. Sin embargo me hace una confesión extraña, se ha enamorado de una filipina y piensa regresar por ella para casarse en diciembre. En Tailandia se da un fenómeno similar, quizá sea que el poder de la soledad se impone a la necesidad del comercio, un romántico diría que la fuerza del amor siempre superará al dinero, porque es común ver parejas de hombre occidental y mujer tailandesa en las numerosas oficinas de trámites para matrimonios con extranjeros. Quizá todo se explique porque incluso dentro de las naturalezas más inmundas y cosificadas existe un espacio para crear lazos y sentimientos humanos.
Mi pasaporte es revisado y avanzo por un amplio pasillo de cristales hacia el avión que veinte horas después aterrizará en Londres, entonces mis sentimientos de turista nostálgico afloran. Tailandia y su gente, su dolor, sus extravagancias, su sordidez, su cultura, el misticismo de sus templos, la santidad de sus mojes. Al final de todo las sonrisas y el gran corazón de su gente. A lo lejos los pesados nubarrones del monzón avanzan con lentitud de elefante hacia Bangkok, ciudad de ángeles donde también pueden encontrarse pasadizos que conducen directamente al corazón de las tinieblas.
Sunday, August 05, 2007
Los caminos imposibles
- El espacio entre asientos estaba planeado para niños de kinder, por lo que tuve que sentarme entre el asiento y la “nada” del pasillo.
- No está previsto que los pasajeros de tercera clase viajen con equipaje, por lo tanto las mochilas o maletas deben ir o sobre las propias personas o en el pasillo donde serán aplastadas por los demás.
- El chofer tiene la ferviente convicción de que donde deberíamos caber 20 cabíamos 32, así que una señora que no alcanzó asiento no tuvo más opción que sentarse sobre mi pie derecho durante las 8 horas que duró el viaje.
- Como el aire acondicionado es un lujo vedado a los que viajan con bajo presupuesto la ventilación fue sustituida por un aerodinámico agujero en el pasillo del autobús. Desafortunadamente dicho agujero también representaba una desventaja ya que el pie de un pasajero podía caer directamente a la carretera y con la consecuente pérdida de la extremidad.
Tuesday, July 31, 2007
El camino del norte
Chiang Mai se encuentra en el corazón del Asia budista, cerca de la zona llamada el ‘triángulo dorado’, que es el punto donde intersectan las fronteras de Burma, Tailandia y Laos. La posición de esta zona la hace estratégica para el negocio de las drogas provenientes de Asia central, para el tráfico de mujeres que se unirán al colosal negocio de la prostitución en Tailandia y para los refugiados e inmigrantes que escapan de la opresión y la miseria de los regímenes militares de los vecinos tailandeses. Mi meta es llegar hasta el remoto campo de refugiados de Phangmaphea, que alberga unas 6,000 personas que esperan asilo político desde hace casi una década. El plan original es utilizar Chiang Mai sólo como ciudad de paso, pero cuando leo acerca de sus 300 templos budistas y su ferviente entrega a la religión decido pasar allí la noche. A la mañana siguiente inicio el recorrido por los lugares de la fe, después de ocho horas de caminar literalmente como perro apenas he visitado unas treinta wats o templos y el hambre y el cansancio comienzan a alejarme de mis ambiciones de haber visitado al menos cincuenta templos en un día. Estoy en Wat Suan Dok cuando un monje de edad avanzada me llama y entre palabras en tai, señas y la obsesiva repetición de la palabra “Chaaá” me lleva del brazo hasta una mesita afuera del templo, donde otro monje mucho más joven mira pasar la tarde. El monje joven me explica que ese templo tiene un programa llamado “Monk Chat” (plática con el monje, en inglés), donde los visitantes pueden platicar con un monje acerca de budismo, cultura tailandesa y al mismo tiempo ayudar al orador a practicar su inglés. Así que de nuevo estoy en una entrevista, esta vez totalmente inesperada y algo comprometida. Su nombre es Saduik, tiene 23 años y estudia teología en la universidad de Chiang Mai, ha sido monje desde los siete y terminará en uno más. Le pregunto sobre su vida cotidiana: levantarse a las cinco de la mañana, meditar, salir a buscar comida que la gente les obsequia para el desayuno, ir a la escuela, regresar a las cinco de la tarde para la cena, después dos horas libres para ver televisión, platicar con otros monjes, leer el periódico o meditar, a las siete de la noche. Saduik puede ver a su familia una vez ala año y cuando termine la universidad puede renunciar al templo y hacer una vida “normal” (hijos, empleo, etc.), sin embargo a mi pregunta de qué decidirá al respecto responde que seguirá siendo monje, que quiere dar clases y escribir un libro sobre teología y la visión budista del mundo. Tiene una expresión tímida y sencilla, m mira nerviosamente cuando le pregunto si puedo tomarle una foto pero de su voz siempre emana una energía positiva y una sonrisa permanente. Al final me pregunta si soy feliz y antes de que pueda responder con un monosílabo me dice “esa es una pregunta para ti mismo, no me la tienes que contestar a mí… no es fácil, ¿verdad?”. Le tomo una foto al monje mayor, el que me llevó casi por la fuerza a la entrevista y me despido de estos hombres cuyo desprendimiento material sólo les permite poseer sus sonrisas y su amor por la comprensión de la vida.